«España tiene datos que no da»

La viuda de Payá teme que Carromero no hable por las presiones de Madrid y La Habana

Ofelia Acevedo, viuda del disidente cubano Oswaldo Payá, durante su funeral el pasado mes de julio, en La Habana. / AFP

«Mi tristeza a veces se convierte en dolor que aprieta mi pecho; otras, en angustia que me impide respirar. Y entonces salgo a buscarlo, me parece que oigo su voz, que siento sus pasos... Dios, ¡cómo extraño sus llegadas a casa!». En agosto, Ofelia Acevedo, la viuda del disidente cubano Oswaldo Payá escribía estas palabras en EL MUNDO. Por entonces habían pasado tan sólo unas semanas del accidente. Ayer, más de cinco meses después, junto a la ausencia sigue pesando la incertidumbre de las preguntas sin respuesta: «Tenemos datos para saber que fue un evento del que no se ha dicho toda la verdad».

Acevedo, en una entrevista telefónica con este diario, durante la que su hija Rosa María le apuntaba algunos datos - «Yo estoy viejita y se me olvidan las cosas»-, quiso dejar claro en primer lugar que estaba alegre por la llegada de Ángel Carromero a España. «Desde el primer momento hemos dicho que nosotros le exculpamos de los cargos que se le imputan. Me alegro de que por fin pueda ver a su familia, que durante todo este tiempo debe haber pasado una gran angustia».

Pero para la dirigente del Movimiento Cristiano de Liberación, el traslado del político español no se traduce en un punto de inflexión para su nivel de angustia: «Tengo algunas, no te voy a decir que grandes, pero algunas expectativas... Ángel Carromero fue la última persona que vio con vida mi esposo y a Harold Cepero. Tendría muchas cosas que contarnos al respecto. Ojalá que tenga la libertad y la capacidad para poder hacerlo en algún momento».

La familia de Payá no presentó acusación contra el español, que conducía el vehículo del accidente en el que murieron los opositores cubanos, y siempre ha mantenido que no acepta la versión oficial de los hechos, ocurridos cerca de la ciudad de Bayamo, a más de 750 kilómetros de La Habana.

«Mi familia y el Movimiento Cristiano de Liberación no está en absoluto de acuerdo con la versión que dio el Gobierno. Ha habido muchas violaciones de nuestros derechos, lo único que sabemos es lo que se ha dicho por la televisión cubana», se quejaba.

La viuda de Payá insiste en que tienen información procedente de personas que estuvieron en el lugar de los hechos ese día que aseguran que había otro coche y que Carromero preguntaba a los que estaban allí que quiénes eran y que por qué le hacían eso. Afirma además que «el Gobierno español tiene datos que no da, información de mensajes de texto telefónicos, sms que están en España y también en Estocolmo, que fueron enviados ese día por los supervivientes en los que decían que el coche en el que viajaban había sido embestido y sacado fuera de la carretera».

En el coche que conducía Ángel Carromero viajaba también Jens Aron Modig, el presidente de la Liga Juvenil Cristianodemócrata (KDU) de Suecia. Antes de abandonar Cuba a finales de julio, Modig desmintió en una conferencia de prensa las versiones surgidas en el entorno de la disidencia cubana de que otro vehículo se había visto involucrado en el accidente.

Ofelia Payá dice no haber podido hablar con él. «Ésa es otra cosa que no entiendo: por qué si se trató sólo de un accidente, las autoridades cubanas no nos dejaron hablar con los supervivientes».

Intenta atar todos los cabos, pero se le escapan, las piezas no le encajan. «Un capitán de la Policía de Bayamo dijo en una sala del hospital en la que había amigos nuestros que había otro coche, que las personas que estaban en él llevaron a los supervivientes y que escucharon que el español los increpaba diciéndoles que quiénes eran ellos y qué estaban haciendo. Esto lo dijo un oficial de la Policía, sus palabras están recogidas en las actas de los testigos, pero no fueron usadas en el juicio... Es decir, hay muchas cosas que quizás Carromero podría aclarar».

Pero la viuda reitera con la prudencia de quien prefiere no hacerse ilusiones para frustrarse después: «No queremos poner todas las expectativas sobre esto, porque sabemos lo que pasa cuando uno está mucho tiempo bajo el aparato de la seguridad del Estado».

Según dice, el único que sabe que no le fallará es Dios, en el que confía «sobre todas las cosas», y por ello sabe que «algún día toda la verdad saldrá a la luz», pese a las presiones. «Dada la opacidad e incluso hostilidad que hemos encontrado también en España hacia nuestros representantes… nos damos cuenta de que aquí hay una serie de intereses que están por encima de nosotros y posiblemente también de Carromero», concluye.